Rafael Flores* Febrero 22, 2014
Es de esperar que la Organización de Estados Americanos OEA insistirá, por mandato de Obama, en intervenir en el conflicto interno de nuestro país, para apoyar el golpe de estado que el imperialismo ejecuta en Venezuela. Por ahora, la violenta arremetida de la derecha fascista, ejecutada por paramilitares colombianos y venezolanos dirigidos por Washington y conducidos por Uribe, ha sido derrotada por la paciente y tolerante actitud del Gobierno Bolivariano y la cabal interpretación del pueblo, incluso de sectores que adversan políticamente a la Revolución, quienes han rechazado esa violencia y comprendido que no hay razones atinentes a sus necesidades y demandas que la justifiquen, sino al interés estadounidense de restablecer su dominio sobre Venezuela.
Frente a esta nueva derrota que sufre el imperio, éste aprovechará lo que sea, hasta una catástrofe que Dios Todopoderoso pueda ejecutar sobre nuestro país, como la
sucedida contra el Litoral en 1999. Entonces no dudará en obligar a la burocracia de la OEA a que intervenga con la escusa de ayudar a Venezuela y, quienes vengan a ayudar, vendrán en realidad a preparar la invasión de tropas yanquis y holandesas.
No hay razones para prolongar nuestra membrecía en esa Organización, sabiamente desenmascarada por el Canciller Roa, como ministerio de colonias del imperio. Es en cambio momento, para que Venezuela denuncie ese instrumento imperialista. Hay
circunstancias para dejar pasar momentos sin actuar, ésta no es una de ellas. El
imperialismo está frente a su barranco e intentará asirse al pasamano que es la
OEA. Los hijos del Libertador y del Comandante de la Revolución Bolivariana no
somos baranda para contener la caída del asesino de ambos; somos por el contrario Espada de Dios para ejecutar Justicia, sobre una plaga que hundió a América Latina y al Caribe en la miseria, en el falso nombre de la libertad y la democracia. Momento para borrar aquel de vergüenza, cuando la democracia servil al imperio y no al pueblo venezolano sepultó la digna actuación de mi paisano Ignacio Luis Arcaya.
Tan dignas representaciones como aquella, las ejercidas por Valero y Roy Cháderton, sólo sirven para poner en evidencia, en TELESUR, la arrogancia y falta de escrúpulo político e intelectual de la representación yanqui o la canadiense. Cháderton Y Valero son hoy más necesarios y urgentes en la construcción de la unión latinoamericana y caribeña y en la participación de nuestro Continente Meridional en la nueva correlación de fuerzas que surge en el planeta frente al imperialismo. Vivimos momentos cruciales y estamos obligados a participar en esta gesta emancipadora de la humanidad, iniciada precisamente por la Revolución Bolivariana, en la que debemos asumir papel estelar.
*capitán de altura y productor agrícola
eveliseyrafael@hotmail.com
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