Por Nathali Gómez
Un alambre de púas que, además de cerrar una calle, "protegía" a los vecinos de un supuesto peligro desconocido, que nunca se materializó, mató a dos venezolanos. Aunque el miedo a un otro deshumanizado movió los hilos del terror, el fascismo y la muerte, en algunas zonas de clase media, ahora "el enemigo" o "el sapo", que debe ser aniquilado, proviene incluso del propio entorno.
En las redes sociales, al escribir "sapo", puede encontrarse propaganda de guerra, presentada a través de mensajes y fotos, que alerta a los demás usuarios sobre vecinos o completos desconocidos, a quienes hay que bloquear, amenazar, agredir o asesinar porque son considerados como "traidores".
En el libro Fascismo. El rostro oculto de la oposición venezolana, Juan Barreto, explica que entre las características de esta corriente ultraderechista se encuentra "el miedo al 'enemigo' ", al diferente, al intruso, al débil. Además de un culto a la muerte basado en un "principio de guerra permanente".
En una de las cuentas de la red social, un usuario coloca una foto y una captura de la planilla de cotización del IVSS de un trabajador con el siguiente mensaje: "(...) si este tipo pasa por aquí con sus amigos lo despachamos para que reúna con su 'muerto supremo' ".
En la búsqueda también se constató que en una secuencia de fotos se acusa a un venezolano con su cédula de identidad y zona de residencia, al que además se señala como militante del Psuv, de "haber entregado" a uno de los capturados por la Guardia Nacional Bolivariana, por estar presuntamente involucrado en los hechos violentos ocurridos en Los Ruices, que causaron dos asesinatos.
"El miedo unifica a todos aquellos que temen a lo mismo (...) Por eso, el miedo es un instrumento de fácil uso para el fascismo", recoge Barreto y el equipo Multitud y Comuna en el texto antes citado, publicado en 2013.
Entre la propaganda de guerra que se publica en Twitter se encuentra una foto de una niña con una mirada perversa, que tiene como fondo una casa en llamas, y donde se agregó: "Allá vivía mi vecina, era informante de los colectivos".
"Es importante que ubiquen a los sapos en su edificio, en su calle, esos deben ser aislados o siempre estarán informado al régimen sus movimientos", manifiesta en su cuenta de Twitter alguien que aún en su propia comunidad pide "aislar" al "enemigo".
En otro mensaje se lee: "Cuidado con los chavistas vecinos... se han convertido en sapos... mucho cuidado con chavistas... hay que bloquearlos y alejarlos".
"El proyecto fascista consiste en la creación de una amenaza y de ejecución de una metodología sistemática de aplastamiento y castigo (...) encarnada en actores sociales colectivos identificados entre sí por los temores comunes y la desesperanza compartida", señala el sociólogo y periodista.
"La escalada de violencia será como un terremoto. Sapos serán ajusticiados", dice otra persona en la red social.
Barreto explica en el texto que el fascismo "apela a lo sombrío". "El miedo opera desde la oscuridad", dice, y basta recorrer o ver imágenes de algunas de las urbanizaciones de clase media alta para ver cruces, lápidas falsas, velas, fotos de fallecidos, imágenes religiosas, personas vestidas de negro con máscara que representan la muerte, banderas negras, entre otros símbolos.
Estos mensajes fascistas también provienen de educadores la Universidad Central de Venezuela: "Esta revolución ha montado una red de sapos en todo el país, aparte de los espontáneos que no cobran y son los peores", escribe este paranoico profesor de derecho.
Barreto también se refiere al control territorial que pretenden los fascistas y que impide que "los otros" se acerquen a sus linderos bajo amenaza de agresión o muerte.
"Hermanos estamos rodeados de sapos, no publiquen demasiada información, mejor hagamos cadenas de contacto en contacto", dice otro usuario.
"La propaganda fascista prepara condiciones que permiten la legitimación de actos de violencia contra la vida de comunidades y organizaciones que no comulgan con las ideas fascistas", explica el militante de Redes.
En la gráfica de un joven que saluda al presidente Nicolás Maduro se agrega: "Hay que ubicarlo: dirección, trabajo y dónde esta la familia , a ver que tan valiente es el sapo". A continuación se escribe su usuario en la red social Twitter.
"Todos los sapos en los edificios y sectores que andan llamando a la GNB, se les va a echar una vainita, ya sabemos de muchos", plasma otro violento anónimo.
En otros mensajes también se llama a perseguir "rojos", "tupamaros" y servidores públicos, chavistas, trabajadores, perrocalenteros, mototaxistas. En conclusión, todo lo "diferente".
La finalidad de esta política, reflexiona Barreto, es "la unificación de los odios para direccionarlos hacia un enemigo común, microfísico, que es fácilmente identificable".
(AVN 11/03/2014)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario