Por Rafael Flores*
El propósito de Estados Unidos es restablecer su dominio sobre Venezuela. Sin embargo, sus agresiones contra la Revolución Bolivariana, durante más de una década, incluso la muerte del líder de la Revolución, Hugo Chávez, no le han sido suficientes, para conculcar la soberanía que ésta reconquistó después de dos siglos. La violencia que inició este año 2014, y escaló desde febrero hasta el presente, para derrocar al Presidente de Nicolás Maduro, tampoco ha tenido éxito, pues éste ha sabido evitar el objetivo imperial de que Venezuela sea condenada por la supuesta violación de los derechos humanos, de venezolanos inocentes quienes, junto a nuestros guardias nacionales, están siendo asesinados por mercenarios imperiales.
A pesar de sus fracasos, sería absurdo pensar que hay una posibilidad de que el imperio desista de su propósito. Cabe citar la opinión de un experto en negociaciones por la paz, respecto a esa actitud del imperialismo; el sociólogo y matemático noruego Johan Galtung, quien después de dedicar tres años a intervenir como mediador en la guerra de Afganistán, terminó su mediación con esta frase “la arrogancia occidental impide cualquier acuerdo, éste solo es posible a condición de que los talibanes se sometan totalmente a los criterios occidentales”; esa es la actitud del imperialismo estadounidense respecto a la soberanía de Venezuela; en su arrogancia inconmensurable, no admite otra respuesta de la Revolución Bolivariana, que no sea la de someterse a su voluntad y entregar el petróleo venezolano.
Y en efecto, el dominio de Venezuela y el control de su petróleo son imprescindibles para la sobrevivencia del imperio, que toma posiciones estratégicas, para la guerra mundial que se avecina. Sinembargo, nada le sale bien, como apreciamos en lo que sucede con los planes imperiales y europeos para Siria, donde no han logrado su propósito de derrocar al gobierno que preside Bashar al Assad; tampoco ha logrado que Irán se doblegue a sus exigencias y ahora ha quedado estupefacto, con la respuesta de Rusia a la toma de Ucrania por Europa.
América Latina y Caribeña se ha definido como territorio de paz, pero Estados Unidos no lo permitirá; su intención es aplastar a la Revolución Bolivariana y controlar a América, desde Alaska a la Patagonia; sin embargo, la resistencia de los hijos de Bolívar sólo le permitirá controlar América Central y parte del Caribe y contar con aliados como Colombia, Perú y Chile. Los venezolanos debemos hacer un esfuerzo por interpretar el momento que vivimos, comprender que la guerra económica, el desabastecimiento, la violencia y otras formas de terror que están por suceder son acciones del imperio, para apoderarse de Venezuela.
No tengo duda, del terrible futuro que nos espera si eso sucediera, pero no sucederá. Maduro lo está haciendo bien, al no permitir que se condene a Venezuela y combatir los ataques a nuestra economía y abastecimiento. Confiemos en él y comprendamos que nada es más importante que preservar nuestra libertad y soberanía y lo lograremos si, a pesar de algunos errores, mantenemos firme nuestro apoyo al Presidente Maduro. No nos dejemos engañar por quienes tratan de magnificar esos errores y miremos con sospecha a quienes, de entre nosotros, pretenden aparecer como críticos objetivos de esos mismos errores y silencian la importancia de nuestra libertad. Maduro está triunfando, Gracias a Dios Todopoderoso.
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